Magia existe en todos y en cada uno de nosotros. Es más, nosotros mismos somos magia. Nuestra alma es mágica, es eterna, es perfecta
NOSOTROS MISMOS SOMOS “MAGIA”
Nuestra alma es mágica, es eterna, es perfecta, es sabia, es luz… Somos un gran y maravilloso milagro, y éste, podéis creerme que es la más increíble, perfecta y pura Magia.
El alma puede tener conexiones mágicas con otras almas. Para ellas no existen distancias, barreras, credos, razas, sexos, edad cronológica, espacio, ni tiempo…
No existe nada imposible para que entre ellas se puedan comunicar.
No hay preguntas, no hay malentendidos, no hay miedos, no hay dudas. No hay nada habido ni por haber que dificulte que dos almas que hayan pactado encontrarse en este plano, se hallen, se reconozcan y puedan hablarse.
Doy fe de ello porque transmito desde mis propias experiencias. E incluso, puedo decir que he soñado con personas que al menos unos 10 años después pude Reconocer y Reencontrar físicamente.
Y quizás para alguno de vosotros tenga otro significado, para mí es seguir confirmando que la Magia existe.
Con correlación a ello, viene a mi memoria un hermoso poema que os voy a citar modificado por mí; que me perdone por favor el autor o autora porque desconozco su procedencia:
“La distancia sólo existe en tu mente.
Mientras el corazón vibre en la frecuencia del amor puro y verdadero,
el viento nos conspira,
la lluvia nos purifica,
el sol nos calienta,
la luna nos abraza,
y justo ahí, en ese preciso momento,
estamos tú y yo…
a la simple distancia de un mágico anhelo”.
También puedo corroborar que se producen conexiones mágicas con lo que conocemos como la “empatía” con otras personas. En las que podemos sentir junto a ellas, absolutamente todo lo que está sintiendo esa persona en esos instantes. Sin importar distancias y por supuesto, sin que nadie nos haya informado previamente de nada.
En estas conexiones, puedes sentir su dolor, sus miedos, su angustia, su felicidad… Aunque para este tipo de vínculos hay que saber canalizar esas emociones; pero ése es otro tema.
Y, por supuesto, hay conexiones mágicas con otros seres de luz que se encuentran cerca de nosotros. Como por ejemplo aquellos a los que yo considero desde siempre,
Hay tanta Magia, tanta Luz, tanto Amor en nosotros mismos que, a veces, sigo sorprendiéndome que haya personas que no crean en ella. Es como si cayeran en el craso error de decirse a sí mismos que no creen en ellos.
Que no creen en su poder, que no creen en su propia valía, que no creen en el amor hacia ellos mismos, que no creen es su gran luz… que simplemente no sienten.
NOSOTROS MISMOS SOMOS “MAGIA”
Nuestra alma es mágica, es eterna, es perfecta, es sabia, es luz… Somos un gran y maravilloso milagro, y éste, podéis creerme que es la más increíble, perfecta y pura Magia.
El alma puede tener conexiones mágicas con otras almas. Para ellas no existen distancias, barreras, credos, razas, sexos, edad cronológica, espacio, ni tiempo…
No existe nada imposible para que entre ellas se puedan comunicar.
No hay preguntas, no hay malentendidos, no hay miedos, no hay dudas. No hay nada habido ni por haber que dificulte que dos almas que hayan pactado encontrarse en este plano, se hallen, se reconozcan y puedan hablarse.
Doy fe de ello porque transmito desde mis propias experiencias. E incluso, puedo decir que he soñado con personas que al menos unos 10 años después pude Reconocer y Reencontrar físicamente.
Y quizás para alguno de vosotros tenga otro significado, para mí es seguir confirmando que la Magia existe.
Con correlación a ello, viene a mi memoria un hermoso poema que os voy a citar modificado por mí; que me perdone por favor el autor o autora porque desconozco su procedencia:
“La distancia sólo existe en tu mente.
Mientras el corazón vibre en la frecuencia del amor puro y verdadero,
el viento nos conspira,
la lluvia nos purifica,
el sol nos calienta,
la luna nos abraza,
y justo ahí, en ese preciso momento,
estamos tú y yo…
a la simple distancia de un mágico anhelo”.
También puedo corroborar que se producen conexiones mágicas con lo que conocemos como la “empatía” con otras personas. En las que podemos sentir junto a ellas, absolutamente todo lo que está sintiendo esa persona en esos instantes. Sin importar distancias y por supuesto, sin que nadie nos haya informado previamente de nada.
En estas conexiones, puedes sentir su dolor, sus miedos, su angustia, su felicidad… Aunque para este tipo de vínculos hay que saber canalizar esas emociones; pero ése es otro tema.
Y, por supuesto, hay conexiones mágicas con otros seres de luz que se encuentran cerca de nosotros. Como por ejemplo aquellos a los que yo considero desde siempre,
Hay tanta Magia, tanta Luz, tanto Amor en nosotros mismos que, a veces, sigo sorprendiéndome que haya personas que no crean en ella. Es como si cayeran en el craso error de decirse a sí mismos que no creen en ellos.
Que no creen en su poder, que no creen en su propia valía, que no creen en el amor hacia ellos mismos, que no creen es su gran luz… que simplemente no sienten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario