Todos vivimos en sociedad, nadie puede vivir en una cueva aislado.
Estamos rodeados de todo tipo de personas, familia, conocidos, buenos amigos, amigos falsos, y gente envidiosa e hipócrita que dan un ojo por ver a otro ciego.
Por suerte no todos son así.
No obstante tenemos que vivir en constante alerta porque nunca sabemos las verdaderas intenciones de nadie.
No es fácil pero es necesario.
No sabemos quién se interesa por nosotros de forma sincera y quien lo hace solo por enterarse de nuestros problemas, para después disfrutar con ello.
La envidia existe sólo en aquellas personas que no saben aceptar la felicidad de los demás
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